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La sexualidad humana y su educación. Conceptualizaciones y relaciones necesarias (página 2)



Partes: 1, 2

A pesar de existir en el centro donde se realiza esta investigación bibliografía que habla del
tema, estar instalados los software educativos, la
Enciclopedia Encarta y la existencia de algunos videos que tratan
sobre la sexualidad,
trabajos de investigación realizados, existen problemas
actuales que se afrontan en la provincia, municipio y localidad
en la esfera de la sexualidad, específicamente en la
muestra
escogida para la
investigación, entre los que se encuentran:

  • La inmadurez psicológica de los jóvenes.

  • Pobre preparación de los jóvenes sobre temas
    relacionados con la sexualidad.

  • Insuficiente interdisciplinaridad (los temas de la
    sexualidad sólo se trabajan en la asignatura de
    Biología).

  • Autoritarismo, imposiciones y tabúes que impiden
    una comunicación entre los jóvenes y sus
    padres.

  • Relaciones sexuales precoces, promiscuidad, matrimonios
    precoces y embarazo (que ocasionan abandonos de estudio).

  • Insuficiente trabajo por parte de salud pública
    sobre este tema en la escuela.

Es importante resolver estos problemas ya que los
jóvenes adquirirán los conocimientos necesarios
para adquirir una conducta
responsable ante la sexualidad y establecer la adecuada
relación que debe materializarse entre esta y sus modos de
actuación ante la sociedad,
trasmitir sus experiencias , para el logro del objetivo
deseado en correspondencia con la formación política,
ideológica y los valores
revolucionarios, sobre la base de los fundamentos de la escuela cubana y
su didáctica en las condiciones educativas
actuales.

Por lo tanto se revela la siguiente contradicción:
Necesidad de que los jóvenes adquieran una conducta sexual
responsable y la insuficiente preparación que manifiestan
en la esfera de la sexualidad.

Desarrollo.

Con el decursar de los siglos en las sociedades
clasistas patriarcales, y aún a pesar de las grandes
transformaciones que ha traído consigo el decursar de la
historia, la
sexualidad ha sido formada tradicionalmente en la cultura del
no, la prohibición, la represión, el miedo, el
silencio, los sermones moralizantes y la
incomunicación.

Por ello esta problemática ha sido una necesidad de
resolver a nivel mundial, teniendo en cuenta según cifras
establecidas que aproximadamente el 25 % de la población mundial, y de ella el 10 % de la
cubana se ubican en las edades enmarcadas en la adolescencia
que han adquirido la capacidad reproductiva, que suele ser
manejada por muchos de ellos, en tanto no se les prepare lo
suficiente para ser capaces de un adecuado ejercicio de sus
nuevas potencialidades sexuales, sin correr riesgo
innecesarios. Tal capacidad física no implica en
modo alguno haber adquirido una capacidad psicológica y
social par enfrentar una sexualidad responsable y feliz.

En las últimas décadas en América
Latina, varios proyectos de
Educación
Sexual han impactado en sus escolares y su familia abriendo
un horizonte que se ampliará en los próximos
años. Las diferentes alternativas de los países
latinoamericanos, auspiciados por el Fondo de Población de
las Naciones Unidas
(UNFPA) tienen en común que priorizar la Educación Formal
de los jóvenes. Sus componentes principales comprenden las
acciones de
Educación
Sexual formal a estudiantes, y capacitar a docentes a
través de acciones como la
comunicación sexual que forma una tríada
mutuamente complementaria.

En Cuba desde
hace aproximadamente tres décadas se vienen desarrollando
programas
dirigidos a elevar los niveles de educación sexual y
reproductiva de la población por parte de diferentes
fuerzas sociales, como el Ministerio de Salud
Pública, la Federación de Mujeres Cubanas, El
Centro Nacional de Educación Sexual y el Ministerio de
Educación, entre otras. Históricamente en se le ha
conferido especial atención a esta materia, por
ello desde la década del 60 fue un objetivo central de la
Federación de Mujeres Cubanas (FMC) lograr una adecuada
educación de la sexualidad desde edades tempranas.

Para ello convoca a los Ministros de Educación y
Salud
Pública, para la realización de diversas acciones
de acuerdo con sus respectivos campos de acción,
Las mujeres cubanas en 1959 crean una organización nacional de activismo
voluntario que se identificaron rápidamente con la salud y
la Educación Sexual de la población cubana. Desde
la mitad de los años 70 en los Institutos superiores
Pedagógicos se investigó las temáticas sobre
sexualidad y se desarrollaron ciclos de conferencias a profesores
y estudiantes.

En el Congreso Nacional de Educación y Cultura
celebrado en 1971 se pasó balance a las experiencias
surgidas en la primera década de la Revolución, trazó nuevos objetivos
propiciando un sistema de
orientación a la familia. Su
eje consistía en las escuelas de padres y cumplimiento por
la orientación psicológica y pedagógica a
través de los medios de
difusión el tratamiento del tema de sexualidad. En 1972 se
crea el Grupo Nacional
de Trabajo de
Educación Sexual. En 1973 se introdujo contendido sobre
sexualidad humana, en las asignaturas de Biología y sus
textos. Las mismas se ampliaron con los sucesivos
perfeccionamientos del plan de
estudio.

En el primer Congreso del PCC fue aprobada la
resolución sobre el pleno ejercicio de igualdad de
la mujer que
establece.

  • Desarrollar un plan educativo de los aspectos tendentes a
    lograr una educación integral a lo largo de todas las
    edades desde los círculos infantiles hasta las
    actuales generaciones.

  • Perfeccionar los métodos de formación de los
    jóvenes en los principios y valores de la sociedad que
    creamos, en las profundas concepciones ideológicas del
    marxismo–leninismo, entre ellas las referentes a la
    igualdad de la mujer y la valoración de toda su
    dignidad y belleza del papel de pareja humana.

  • Que la educación que debe impartirse en el hogar y
    en la escuela debe ser una educación sexual adecuada a
    cada etapa de la vida del niño, del adolescente y el
    joven.

Las tesis
aprobadas en el Primer Congreso orientaron la política a
seguir en el trabajo de
la Educación Sexual, por lo cual éste
recibió un fuerte impulso que se concretó en el
Programa
Cubano de Educación Sexual que precisó las tareas
correspondientes a los Ministerios de
Educación y Salud Pública, la FMC, y la UJC.

En su clausura Vilma Espín se refirió que cuando
se habla de Educación Sexual no es hablar meramente de
instrucción sexual, sino que hay que hablar de la
preparación de los niños,
de los adolescentes,
para el matrimonio y la
familia.

En 1977 se une al Poder Popular
para dar atención a la salud sexual
de niños y adolescentes, o sea, desde los años
setenta y con mayor énfasis en el último
quinquenio, el Ministerio de Educación viene desarrollando
la educación sexual formal como parte del programa
nacional en coordinación con el Centro Nacional de
Educación Sexual, que demanda la
preparación de los cuadros de dirección y del personal
pedagógico conjuntamente con la elaboración de
textos y medios didácticos, orientaciones
metodológicas, materiales
educativos dirigidos al estudiantado y familia, entre otros.

En el curso escolar 1977 y 1978 comenzó de una forma
sistemática la educación sexual de los niños
en la escuela a partir del tercer grado y a través de la
asignatura del Mundo en que Vivimos. Conjuntamente con los nuevos
programas comenzó la orientación a los padres en
este sentido mediante cartas enviadas
por el Ministro de Educación que son leídas en las
reuniones de padres con hijos entre 10 y 14 años, entre
las que se pueden citar.

  • ¿Cómo surgen realmente los niños?

  • . ¿Cómo llegan los espermatozoides al
    óvulo?

  • ¿Cómo interviene el padre en la
    reproducción?

En la década de los 80 se logró introducir
contenidos de la educación sexual en el ciclo de
formación pedagógica general. En el año 1990
se introduce la asignatura de Cívica en noveno grado donde
se amplían la comprensión humana de la vida en
familia y sexual. En 1990 se realiza una investigación
denominada " Fenómeno de la prostitución cubana ", para detener los
riesgos que
corren los jóvenes para la salud. En el año 2002 se
dispuso de materiales educativos para grupos de
personas infectadas con el SIDA.

En 1994 en un evento de carácter internacional se enunciaron los
siguientes derechos de la vida
sexual.

– Derecho a una sexualidad plena y responsable.

-Derecho a la equidad de
género.

-Derecho a una familia

-Derecho a la planificación
familiar.

-Derecho a la salud sexual.

En 1996 producto de
investigaciones realizadas se detectan los
primeros casos de personas infectadas con el VIH y marcando
un lento pero progresivo crecimiento en el año 2000.

En mayo de 1996 fue firmado un programa de colaboración
entre el Ministerio de Educación (MINED), y el Fondo de
Población de las Naciones Unidas que permitió la
puesta en práctica de un proyecto de
educación sexual encaminado en un 60% a las Secundarias
Básicas. En Cuba, el (MINED) con la experiencia acumulada
de más de 20 años, inició en 1996 el
proyecto " Educación formal para una conducta sexual
responsable que contribuye a la consolidadación del
Programa Nacional y a la planificación sistemática de
actividades a desarrollar en los cursos de superación
integral, como parte de la política educacional del
país encaminada a la formación integral de las
nuevas generaciones.

El desarrollo del
Proyecto desde el curso escolar 1996–1997 en provincias
seleccionadas, tuvo logros progresivos que hicieron posible su
ampliación a los diversos territorios del país. El
equipo nacional de Dirección decidió realizar en
1998 una evaluación
como parte de las acciones para dirigir la marcha del proyecto y
determinar los resultados que se podían generalizar, por
lo que se acuerda realizar en el 2001 la segunda
evaluación nacional, que abarcó nuevos
territorios.

En el año 2002 se dispuso de materiales educativos para
grupos de personas infectadas con el SIDA. En el 2003
tuvo lugar en la Habana del 10 al 14 de marzo la Plenaria del XVI
Congreso Mundial de Sexología, bajo el título:
Salud Sexual y Reproductiva, una prioridad en la salud
pública global. En la Conferencia
Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en
El Cairo, Egipto, en
1994, se puso de manifiesto que los servicios de
salud reproductiva utilizados hasta el momento habían
descuidado en gran parte, los requerimientos de los
jóvenes como grupo.

En esta ocasión se planteó la necesidad de basar
todas las sociedades en la información que ayude a los jóvenes
en la toma de
decisiones certeras. Asimismo, exhortó a establecer
programas que incluyan mecanismos de apoyo para la
educación de la sexualidad en los jóvenes,
así como la salud reproductiva, las ITS, la
infección por el VIH y la prevención del SIDA. En
la última década, en América
Latina, varios proyectos de educación sexual han impactado
en los escolares y sus familias, abriendo nuevos horizontes.

Se han realizado diversas investigaciones y estudios sobre la
sexualidad, pero sin embargo se demuestra que los resultados
alcanzados distan aún de las aspiraciones y anhelos de la
sociedad cubana, los trabajos que se realizan hablan ampliamente
de la educación sexual, pero aportan pobre
información sobre la educación de la sexualidad,
estos trabajos no se apoyan en las nuevas
tecnologías. Por lo que es necesario investigar en
este sentido, porque se considera que proponiendo un sistema de
actividades para fortalecer la educación sexual en los
estudiantes del cuarto semestre se pueden mejorar los problemas
que existen sobre sexualidad.

Servirá de material de apoyo al profesor en la
preparación de sus clases, y el empleo por
parte de los estudiantes para prepararse sobre el tema, y
estará a disposición de la comunidad a
través de escuelas de padres, y otras actividades, de
ahí la importancia que la autora le concede a esta
investigación.

El estudio de la sexualidad humana a lo largo de todas las
épocas, ha despertado gran interés,
lo que no siempre se ha abordado desde un enfoque
sistémico integral, que permita su análisis desde diferentes aristas
(psicológicas, pedagógica, biológica,
higiénico, social), trayendo consigo serias
limitaciones.

Teniendo en cuenta lo antes expuesto, al emprender la
elaboración de un sistema de actividades para la
educación de la sexualidad de los estudiantes de la FOC,
esto se ha tenido en consideración de conjunto con la
definición de cuatro ideas básicas que expresan la
orientación predominante que deberá seguirse en el
desarrollo de este proceso.

La determinación de estas ideas fue el resultado de un
profundo análisis de la situación actual de esta
esfera educativa, así como de los fundamentos de orden
sociológico, psicológico, epistemológico y
pedagógico. Las ideas básicas son:

  •  1. La sexualidad es una esfera de la personalidad,
    que necesita ser educada acorde a las características
    individuales y a las necesidades sociales en todas las edades
    de la vida; pero en la juventud cobra una
    significación y relevancia vital su
    educación.

  •  2. La educación de la sexualidad exige en su
    concepción de nuevas fórmulas, más
    libres, flexibles y justas basadas en el enfoque humanista
    crítico que se materializa en una educación
    sexual alternativa y participativa que respeta la diversidad
    sexual y promueve la equidad de géneros.

  •  3. Las actividades extradocentes constituyen un
    espacio educativo importante para la educación de la
    sexualidad, pues cuentan con una estructura e identidad
    propia que amplía su función educativa, que no
    las restringe a su función complementaria de la
    actividad docente, sino desde una visión potenciadora
    de ese vínculo (actividad docente-actividad
    extradocente).

  •  4. La educación de la sexualidad requiere en
    su instrumentación de métodos y procedimientos
    atractivos, dinámicos, motivantes que propicien la
    realización de un proceso desarrollador conducente a
    la construcción de conocimientos social e
    individualmente válidos para el joven, basado en la
    problematización, reflexión y
    vivenciación.

Al analizar la primera de estas ideas básicas, se
requiere del estudio de conceptualizaciones necesarias como
sexualidad, personalidad y
educación, en el marco de su esencia y de las relaciones
que se establecen entre ellas, a partir de sus
características, posiciones e importancia de esta en el
sistema de la
personalidad.

En el establecimiento de la relación sexualidad –
personalidad, se hace necesario la diferenciación entre
los conceptos sexo y
sexualidad. Cuando se habla de sexo se refiere de forma
específica a las características biológicas
y físicas que identifican a un individuo como
femenino o masculino en el momento del nacimiento, las que le
confieren determinadas funciones ante el
otro sexo, especialmente en el acto sexual y en la reproducción.

La definición anterior es válida no solamente
para la especie humana, sino también para los animales, pues
todo espécimen perteneciente a un sexo es un ser
biológicamente sexuado. Sin embargo, solo los sexos de la
especie humana (hombre y
mujer) pueden
llegar a convertirse en seres psicológicamente sexuados,
al desarrollar formas de conductas, comportamientos y relaciones
sociales con este mismo carácter (sexuado), acorde a las
normas y
exigencias que la sociedad de su época impone para cada
sexo.

Visto así, se coincide con el análisis realizado
por Beatriz Castellanos en su tesis doctoral
(1994:24), al plantear que:

".la sexualidad, es entonces un aspecto propiamente
psicológico de la vida sexual, donde se conjugan procesos,
prioridades y formaciones psíquicas que están en la
base del establecimiento de formas de conducta y de
relación social interpersonal y que en el transcurso de su
desarrollo, adquiere el carácter de fenómeno
personológico, de manifestación vital de la
personalidad. De este modo, se asume que existe una
relación orgánica e indisoluble entre sexualidad y
personalidad".

En esta relación orgánica e indisoluble entre
sexualidad y personalidad es preciso tener en cuenta la
posición e importancia que ocupa la sexualidad dentro del
sistema de la personalidad, y que esta a su vez se sustenta en la
concepción que se asuma acerca de la personalidad, de los
factores que la determinan, y de las fuerzas motrices que
intervienen en su formación y desarrollo.

A partir de estas consideraciones, se comparte el criterio
dado por Fernando González Rey (1995:19), al definir la
personalidad como

".una organización estable y sistémica de los
contenidos y funciones psicológicos que caracterizan la
expresión integral del sujeto en su funciones reguladora y
autorreguladora del comportamiento"

Y al considerar la sexualidad como:

".el conjunto de fenómenos y procesos de la vida
psicosexual que se encuentran orgánica y funcionalmente
integrados al sistema general de la personalidad" (Ruiz, X.,
1996:12).

Independientemente de que cada persona
experimenta y manifiesta la sexualidad de forma individual,
única e irrepetible, a partir de sus sentimientos,
actitudes,
valores y convicciones con relación a ella, esta no debe
ser caracterizada considerando únicamente las experiencias
individuales, sino también la influencia de los factores
sociales y fundamentalmente la que ejerce la cultura del medio en
que se desenvuelve el ser humano.

La comprensión de la necesidad e importancia de la
educación de la sexualidad viene dada desde la
concepción filosófica que se asuma, en este caso,
la filosofía materialista dialéctico
histórica respecto al propio proceso educativo en su
sentido más amplio (proceso de formación de la
personalidad) al concebir esta como un fenómeno
eminentemente social que le posibilita al ser humano apropiarse
de toda la experiencia cultural anterior, al mismo tiempo que lo
prepara para vivir y desarrollarse acorde al progreso social de
su tiempo.

La teoría
histórico cultural del desarrollo
humano concibe al sujeto como un ser social que a partir de
sus condiciones biológicas se desarrolla integralmente, en
las relaciones que establece con los demás y le permite
apropiarse de forma activa del conjunto de conocimientos,
actitudes, valores e ideales que forman parte de la cultura de la
sociedad en que vive y al mismo tiempo, se autodesarrolla, ya que
transforma y enriquece la herencia socio
cultural, lo que constituye su aporte o legado para nuevas
generaciones.

El carácter activo de los procesos psíquicos, en
función
de la práctica educativa y del aprendizaje en
particular, se expresa en la relación dialéctica de
dos niveles evolutivos de desarrollo, el nivel de desarrollo real
o efectivo, dado por las capacidades reales que tienen los
escolares para apropiarse de todo el acervo
socio-histórico-cultural necesario y se representa en
el
conocimiento que ya se asimiló y se puede utilizar de
forma independiente; y el nivel de desarrollo potencial, dado en
las potencialidades que tienen éstos aún por
desarrollar, en el proceso de apropiación, que para ellos
requiere de ciertos niveles de ayuda por parte de las personas
(maestros), padres, coetáneos) con los que se
relaciona.

La distancia que media entre estos dos niveles evolutivos de
desarrollo es a la que Vigotski denomina "Zona de Desarrollo
Próximo", lo cual debe ser aspecto de consideración
permanente por todos los implicados en la dirección del
desarrollo psíquico de los alumnos como elemento esencial
de la formación de la personalidad.

Se puede apreciar que la teoría
histórico-cultural tiene una raíz profundamente
humanista y precisamente en el contexto social actual se percibe
la necesidad de priorizar la consideración de un enfoque
verdaderamente humanista para la educación de la
sexualidad y la personalidad.

El proceso educativo de la sexualidad desde esta óptica,
adquiere un carácter profundamente humano, personalizado,
democrático y contextualizado, en el que se combinan las
necesidades personales y sociales, lo que permite capacitar a las
personas independientemente de su sexo, para crecer con libertad y
responsabilidad en todas las dimensiones de su
vida (individual, pareja, familia y social).

De acuerdo a los rasgos y características, A.
González y B. Castellanos (2003:161) definen a la
Educación Sexual desde un enfoque Alternativo y
Participativo:

".como el proceso activo que potencia al
individuo para el encuentro libre, pleno y responsable con el
otro sexo y con la propia sexualidad, en correspondencia con sus
necesidades y la del contexto, garantizando el protagonismo y la
capacidad de elegir los límites
personales de la sexualidad, así como el respeto a la de
las personas con que se relaciona".

La anterior conceptualización se asume en este trabajo,
al considerarla como la más completa, abarcadora e
integral de las cualidades y relaciones, que deben distinguir y
manifestarse en el proceso educativo de la sexualidad en
particular y de la personalidad en general, al enfatizar en el
fomento de relaciones positivas entre ambos sexos en
correspondencia con los principios
morales de la sociedad basados en la igualdad, el respeto, la
ayuda mutua, así como en el desarrollo en el individuo de
actitudes, valores, convicciones y conocimientos que le permitan
comprender su sexualidad como parte y expresión de su
personalidad. Al hecho de asumir esta definición se arriba
a partir del análisis conceptual realizado en diferentes
bibliografías.

Tal es así, que respecto a la educación de la
sexualidad o educación sexual (término más
empleado), existen diferentes concepciones, que aunque todas
tienen un alto valor, no es
posible apreciar en sus definiciones, de forma integral la unidad
entre lo biológico, lo psicológico y lo social,
entre lo social y lo individual, entre lo cognitivo y lo afectivo
y la relación entre libertad y responsabilidad en una
misma concepción. Por lo general está presente una
u otra, lo que afecta la visión educativa integral que
esta esfera de la personalidad necesita.

En este sentido Reneé Behar de Huino (1992:20) en un
evento en Argentina planteó:

"La educación sexual se inscribe en el marco de la
educación permanente en un concepto integral
del hombre en el que lo biológico, lo afectivo y lo social
interactúan simbióticamente"

Una muestra del análisis anterior, se encuentra en
conceptualizaciones como las siguientes, en las que se expresa
claramente la intención social de ver la educación
sexual como un proceso de capacitación, de preparación para la
vida, pero no explícita el cómo lograrlo, ni bajo
que requerimientos:

  • "Proceso de preparación de las nuevas generaciones
    para el amor, el matrimonio y la familia" (GNTES., 1988:
    32).

  • "Proceso de preparación de las nuevas generaciones
    para el encuentro con el otro sexo y la propia sexualidad, en
    correspondencia con los intereses y exigencias del individuo
    y la sociedad socialista". (González. A y B.
    Castellanos., 1988: 47)

Otras definiciones abordan con mayor énfasis la
educación de la sexualidad desde una perspectiva
individual, como por ejemplo:

  • "Proceso educativo permanente que permite educar la
    sexualidad de manera que el individuo pueda vivirla
    positivamente con responsabilidad y de manera plena".
    (Durán, A., 1990: 33).

  • "Proceso cuyo objetivo básico es posibilitar que
    cada persona viva su sexualidad de forma sana, feliz y
    responsable" (Harimaguada., 1992: 33).

Además del análisis conceptual realizado, se
precisa entonces, la necesidad de considerar otros requerimientos
en el marco del proceso de educación de la sexualidad, por
ejemplo, ésta no se debe brindar solamente para llegar a
la relación íntima de pareja (coito), sino que esta
debe basarse en el amor, el
respeto, el cultivo de los sentimientos, la formación de
valores éticos y morales, integrada a dos aspectos
esenciales, el carácter instructivo y el educativo:

".ya que la información, cuando no se vincula con lo
afectivo y no se expresa en el comportamiento, representa una
carga muerta y formal, ajena a la personalidad…"
(González y B. Castellanos., 2003:171)

A partir de estos elementos se concibe a la actividad
extradocente como un espacio que posibilita el desarrollo de
estos valores.

Dentro del proceso de educación de la personalidad, la
educación de la sexualidad cuenta con identidad
propia, pues independientemente de que se encuentra estrechamente
relacionada con la educación moral, no
deben identificarse como similares u homólogas, ni diluir
a la sexualidad dentro de la moral, ya
que esta última,

".consiste en un complejo de principios que rigen la conducta
personal, estableciendo modelos de
comportamiento y ordenando la convivencia social" (Di Tella.T.,
1989: 407)

Es decir,

".la educación moral abarca la conducta del hombre, sus
actitudes y sentimientos ante la vida, la sociedad, la naturaleza, el
trabajo, el estudio,…" (MINED., 1984:98)

Esto se debe a que aún en el campo de la Pedagogía, existen especialistas que
enfocan la educación de la sexualidad como una esfera
indiferenciada, diluyendo la educación de la sexualidad
dentro de educación moral, al considerar que la
educación moral contempla como una de sus aristas
fundamentales las actitudes que asume el individuo hacia
determinados aspectos de la vida, como por ejemplo, la actitud que
asume hacia la relación de pareja, hacia la familia, hacia
las amistades, etc., concibiendo así que estas, contienen
a la sexualidad, aspectos entre los que innegablemente existen
vínculos (fundamentalmente en función de la
formación de valores éticos en la personalidad),
sin embargo no tienen en cuenta que la educación de la
sexualidad conforma un sistema que a su vez se integra al sistema
más amplio y general del proceso educativo.

A partir de la amplia experiencia teórica investigativa
adquirida en el campo de la educación de la sexualidad, ha
quedado demostrada la necesidad de que esta tenga sus propias
vías de acción, que desarrollen sus métodos,
principios y tareas particulares, que garanticen su plena
efectividad, dirigiéndola a la formación y
desarrollo de la esfera psicosexual de manera directa, sin dejar
de considerar su influencia indirecta en coordinación con
otras esferas educativas. Por lo que ambos enfoques de
actuación se complementan.

En tanto, en la sociedad que se construye hoy en Cuba, la
intención es que el amor sea el
elemento que determine la moral sexual y familiar, libre de
ataduras socioeconómicas, religiosas, como base del
establecimiento de relaciones armónicas y enriquecedoras
entre hombres y mujeres con vistas al logro de la igualdad y
equidad entre ellos y ellas, y el disfrute de una sexualidad
libre, plena, feliz y responsable, lo que corrobora el
planteamiento de Monika Krausse "según la moral sexual en
nuestra sociedad la sexualidad constituye fuente de felicidad y
placer para la pareja humana" (Krausse. M., 1988:9), o sea, que
en esta moral sexual se amplía el espectro respecto a las
funciones de la sexualidad, al no verla solo como vía de
perpetuar la especie mediante la reproducción, sino,
también como fuente de afecto, comunicación y placer.

También resulta indispensable tener en cuenta, que los
conocimientos acerca de la sexualidad humana se ofrezcan de
acuerdo con las características propias de cada edad, con
cientificidad y sistematicidad, lo que presupone que las
distintas agencias educativas (familia, escuela, comunidad, la
sociedad en general) influyen con la suficiente y necesaria
preparación y responsabilidad consciente al respecto, pues
como dijera Makarenko A. (1977:88)

".la educación de la sexualidad como la
educación en general del individuo recaba la
participación de la sociedad en su conjunto".

Sin dudas dentro de las agencias educativas la escuela juega
un papel determinante, ya que asume la educación de la
sexualidad como una tarea eminentemente pedagógica, de
conjunto con la participación de otros especialistas, como
médicos, psicólogos, entre otros.

En su rol mediador entre la sociedad y el individuo la
escuela, debe responsabilizarse con la dirección
científica del desarrollo de todas las esferas de la
personalidad, (incluyendo la sexualidad), sino también con
la orientación de la familia y la articulación de
las fuerzas sociales de la comunidad en este sentido, en
función de contrarrestar los efectos de la influencia de
modelos rígidos, esquemáticos impregnados de un
fuerte carácter sexista tanto en la educación
familiar como escolar, que se arrastran como consecuencias de las
sociedades patriarcales tradicionales que dictan los roles que
deben asumir cada sexo.

No obstante a la claridad que existe, en cuanto a la
función socio educativa de la escuela como encargada
fundamental de transmitir y reproducir los conocimientos,
conductas y valores de la sociedad, aún en ella subsiste
la reproducción de determinados estereotipos sexuales a
pesar de los esfuerzos que se hacen en el campo de la
educación de la sexualidad por desarraigar estos males,
que se manifiestan de forma más o menos oculta y
consciente, en las actividades que se organizan y conciben, tanto
docentes como extradocentes, en el lenguaje
que se emplea, y hasta en los libros de
textos de las asignaturas del currículo, según informa una
investigación realizada por un colectivo de autores de la
Universidad
Pedagógica "Enrique J. Varona" en 1994.

Ante esta situación se impone la sensibilización
y concientización de la necesidad de transformar la
escuela con sus educadores y sus diferentes formas organizativas,
en función de educar la sexualidad de las nuevas
generaciones sustentada en la búsqueda de alternativas
educativas que promuevan la equidad de géneros y el
respeto a la diversidad sexual.

CONCLUSIONES

  • En la determinación de los fundamentos
    teóricos y metodológicos del tema de
    investigación se precisa que éstos están
    sustentados en principios, leyes y conceptos de la
    filosofía de la educación, en la
    sociología de orientación marxista-leninista,
    martiana y fidelista, en la pedagogía socialista que
    tiene en consideración la formación integral de
    la personalidad del individuo

  • Los análisis teóricos y empíricos
    desarrollados han permitido realizar el diagnóstico
    del estado del problema investigado e identificar que no se
    ha realizado un trabajo sistemático, profundo y
    coherente por parte de los profesores de la asignatura
    Biología General, que contribuya a fortalecer la
    educación sexual en los estudiantes, lo que se
    evidencia en la diferencia entre el número de
    estudiantes ubicados en el nivel alto de fortalecimiento de
    la educación sexual y el número
    significativamente mayor de estudiantes ubicados en el resto
    de los niveles (medio y bajo).

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Autor:

MSc. Mayli Hernández Cuadrado.

Lic. Nancy Raquel Ruiz
Rodríguez.

Enviado por:

José González Saavedra

Partes: 1, 2
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